Nuestra Señora del Carmen es un lugar único y cómodo para desconectar. Su ubicación cerca de las montañas es perfecta para pasear. El servicio de los hermanos Carmelitas fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar. Los jardines y el claustro son ideales para relajarse, y el aparcamiento gratuito es un verdadero lujo en esta zona.

totalmente recomendable

La atención del personal fue excepcional, especialmente al

compartir la cena con los frailes, que hizo la experiencia única. La comida era casera y deliciosa, y disfrutamos de un ambiente muy acogedor. Sin embargo, las habitaciones, aunque limpias, eran bastante pequeñas.

Ideal para los buscadores de tranquilidad

El lugar es muy limpio y parece que el tiempo se detuvo, lo que es perfecto para desconectar. Además, la cena que tuvimos fue sorprendentemente buena, con la ensalada ya en la mesa y el pollo tan jugoso que se deshacía al tocarlo. Sin duda fue un momento que recordaré.

No fue algo tirado de precio, pero todo valió la pena.

La atención del personal fue excepcional, especialmente al compartir una encantadora cena con los frailes, que hizo la experiencia única. La limpieza en cada rincón realza la tranquilidad que ofrece este lugar.

Los hermanos Carmelitas son increíblemente amables y serviciales.

La habitación era demasiado austera, como si estuviera en un convento, y el desayuno preciso un zumo de bote. Además, esperaba un pequeño detalle de cortesía, como una botella de agua, pero nada de eso ocurrió. Casi escribo una buena crítica, pero me fue imposible.

Me encantó la tranquilidad que se respira aquí. Las habitaciones son sencillas y cómodas. La única pegue, la ducha un poco pequeña. ¡Pero la experiencia es única! ✨

Encanto y tranquilidad en un monasterio

Estuvimos un par de días en un lugar muy especial. El ambiente es super tranquilo y los frailes son súper amables, siempre listos para charlar. La habitación era cómoda, aunque algo sencilla. Hay un área de picnic detrás que es ideal para relajarse. Lo único es que la ducha es un poco pequeña.

La hospitalidad de los frailes es sobresaliente. y la paz que se respira en este convento es única. La ubicación es ideal, cerca de muchos sitios turísticos. Disfruté pasear por los hermosos jardines y el claustro.

La ducha podría ser un poco más espaciosa. pero eso no afecta la experiencia total.

El lugar es precioso, con un ambiente de paz increíble. Me encantó la limpieza en cada rincón. Sin embargo, la ducha es algo pequeña y podría ser más cómoda.

El lugar es increíblemente acogedor. Estuvimos aquí con nene y disfrutamos del ambiente tranquilo y de la atención excepcional del personal. La limpieza fue impecable y el desayuno variado, ideal para nosotros. Sin duda regresaremos.

A mis hijos les habría encantado que hubiera una nevera en la habitación.

La atención del personal encantadora y la ubicación es ideal, a solo 10 minutos del casco histórico. Estacionamiento gratuito y WiFi excelente, un verdadero oasis para relajarse después de un día explorando.

Las habitaciones no son un palacio, pero al menos no hay frailes tocando las campanas a las tres de la mañana.

Ubicación excelente, a pasos del centro. Ambientes limpios y tranquilidad absoluta. Los frailes son unos capos, súper amables y se nota la calidez del lugar. Desayuno variado, aunque el café podría ser mejor. Ideal para desconectar y disfrutar del entorno.

La experiencia fue muy agradable. Las habitaciones son acogedoras y limpias, y el personal, incluyendo a los frailes, ofrece un toque especial. Aunque el desayuno tiene poca variedad y le faltó una nevera en la habitación, la relación calidad-precio es buena para una estancia tranquila y cultural.